Dinastías
La antigua China no tenía el concepto de “país”. Aunque los líderes solían combatir para ganar territorio, rara vez se delimitaban las fronteras nacionales de forma permanente. En cambio, estos nobles creían en un principio básico: todas las tierras están bajo el cuidado del Cielo y no pertenecen a ningún rey terrenal.
Pero las dinastías unificaban a China de manera tan efectiva como un país. El emperador, conocido como Hijo del Cielo, otorgaba títulos a los soberanos de territorios aledaños. Al aceptar los títulos, se convertían en funcionarios de la dinastía establecida y se esperaba que brindaran tributo al emperador. Por lo tanto, las dinastías unificaban múltiples regiones y grupos étnicos bajo una misma administración.
Hace 4.000 años, la Xia se convirtió en la primera dinastía de China. La Qing fue la última, que gobernó desde 1644 a 1911. A partir de la dinastía Qin, alrededor del año 200 a.C., las poderosas dinastías unificaron “todo bajo el Cielo” e influenciaron profundamente la historia de China y del mundo. Y debido a que cada dinastía era única, cada una dejó una rica variedad de culturas para que admire la posteridad.
