El espectáculo que el PCCh no quiere que usted vea
POR THE EPOCH TIMES
Hay pocas cosas que asustan más al Partido Comunista Chino (PCCh) que la creciente popularidad de la cultura tradicional—encarnada en las brillantes imágenes y sonidos de Shen Yun Performing Arts.
Es lógico. La misión de Shen Yun, con sede en Nueva York, es revivir 5000 años de civilización china, una cultura ancestral que se centra en la armonía entre el Cielo, la Tierra y la humanidad—una cultura que se dice fue un legado divino. Esto es precisamente lo que el PCCh ha estado intentando destruir desde la creación del Partido.
"Absolutamente, esto está en la lista negra. Es la mayor amenaza para el Partido Comunista Chino", dijo Jared Madsen, uno de los maestros de ceremonia de Shen Yun. "Si la gente cree que hay algo más allá del Partido Comunista Chino, cree en algo superior (...) eso es una gran amenaza para el Partido Comunista Chino".
Por ello, el PCCh ha hecho de todo, desde cortar las llantas de los autobuses que utiliza Shen Yun en su gira hasta contratar hordas de trolls de internet para desvirtuar la imagen de la compañía en las redes sociales, pasando por hacer que los consulados chinos escriban cartas a los funcionarios locales diciendo que permitir que Shen Yun actúe en sus regiones dañará las relaciones con China, hasta llamar a los teatros (el consulado mismo o mediante intermediarios contratados) para exigir la cancelación de Shen Yun. La interferencia se remonta a una década atrás y está bien documentada, y en realidad a menudo resulta contraproducente.
Estas medidas pueden parecer extremas, porque Shen Yun ni siquiera es un espectáculo político. Es una representación de danza clásica china, de danzas étnicas y folclóricas de los 50 grupos minoritarios de China, de cantantes de bel canto y de una orquesta que combina las tradiciones orientales y occidentales. Y el público sale del teatro radiante, inspirado por el espectáculo y feliz de haber aprendido la verdad sobre la auténtica cultura china, algo poco conocido en Occidente precisamente porque el Partido ha intentado erradicarla.
"Fundamentalmente, el Partido Comunista Chino es un régimen ateo. Shen Yun refleja 5000 años de cultura china, y la cultura china está arraigada en el pensamiento divino —todos los diferentes tipos de pensamiento divino: el taoísmo, el budismo y el confucianismo—que van directamente en contra de los principios ateos del comunismo", dijo Madsen.
El PCCh tiene miedo porque Shen Yun muestra cómo era China antes del comunismo.
¿Qué es la cultura tradicional?
Uno de los métodos que el PCCh ha utilizado para intentar desacreditar a Shen Yun es crear sus propios grupos de artes escénicas, enviándolos por todo el mundo.
"Crearon todas estas compañías (...) que enviaron a EE.UU. Ahora, ¿has oído hablar de alguna de ellas?" dijo Madsen. "No, porque no eran muy buenas. ¿Por qué? Porque nadie quiere ver propaganda comunista". En años más recientes, el método del Partido ha evolucionado, y suele hablar de promover la "cultura tradicional" y hacen que las principales organizaciones artísticas hagan hincapié en la danza "clásica", en formas que resultan ser simplemente palabrería.
"Cuando hablan de la cultura tradicional china, la utilizan para tratar de promover el comunismo. Aquí nos damos cuenta de eso, que es propaganda, y nadie quiere ver eso", dijo Madsen.
Es importante entender que todas las grandes organizaciones de China son estatales. Huang Peng, violinista y cantante de Shen Yun, explicó que ser un artista en China y en Estados Unidos ha sido como la noche y el día.
Huang tuvo una prestigiosa carrera como violinista; estudió el instrumento con su padre desde la infancia y logró ingresar a una conocida orquesta filarmónica.
Pero en 1999, el PCCh inició una campaña de persecución contra Falun Gong, con órdenes oficiales de arruinar los medios de vida y la reputación de quienes no dejaran de practicarlo. Peng era uno de los aproximadamente 100 millones de personas en China que seguían esta práctica espiritual que enseña verdad, benevolencia y tolerancia. También era uno de los varios millones que no renunciaban a su fe, y trataba de contarle a sus colegas y a los que le rodeaban, la verdad de Falun Gong: que es bueno, que enseña a la gente a ser bondadosa, y que el PCCh estaba difundiendo información descaradamente falsa y calumniosa sobre la práctica.
Un día, Huang estaba hablando a sus colegas músicos sobre Falun Gong cuando un supervisor lo denunció a la policía, que luego registró su casa y lo detuvo durante 24 horas, en las que lo mantuvieron despierto. Mientras tanto, también arrestaron ilegalmente a su madre sin otra razón más que la de presionar a Peng para que escribiera y firmara un testimonio para no solo declarar que abandonaría su fe, sino también denigrarla.
Huang se negó y fue despedido.
Su primer pensamiento fue buscar trabajo en otra ciudad, con un nuevo comienzo, pero en el aeropuerto se enteró de que había sido incluido en una lista negra, y otra vez lo arrestaron. Pero esta vez, Huang fue sometido a una "clase de transformación", sinónimo de lavado de cerebro, y no vio el mundo exterior durante los dos meses siguientes.
Se ha documentado mucho sobre la brutal tortura y la sustracción de órganos del PCCh a algunos grupos de sus propios ciudadanos, como los creyentes espirituales de Falun Gong. Pero la tortura de Huang fue mental; estuvo bajo vigilancia las 24 horas del día, tuvo que ver películas de lavado de cerebro y lo amenazaron de innumerables maneras. Bajo la intensa presión, firmó el testimonio. "Al volver a casa, sentí como si tuviera un cuchillo en el corazón", dijo Huang. Hizo lo que menos quería hacer, y la persecución mental le había robado su integridad.
Pasó los siguientes años huyendo constantemente. Sin dejar que su arrepentimiento lo derrumbara, aprendió a diseñar y producir volantes con información sobre la verdad de Falun Gong, y enseñó a otros a hacer lo mismo, arriesgándose a otro arresto ilegal. Huang tuvo que renunciar a su arte, y eso les devastó a él y a su padre, pero su fe era más importante.
Entonces, en 2008, oyó hablar de Shen Yun, y en 2014 pudo salir del país y presentarse a una audición para formar parte de la compañía de artes escénicas que tanto admiraba.
"En China continental, el Estado no permite que las personas que practican Falun Gong actúen en el escenario. Pero aquí tenemos libertad de creencia. Creo que esto es muy importante, como artista", dijo.
Pero, ¿por qué Shen Yun?
"La misión de Shen Yun es revivir los 5000 años de cultura tradicional china", dijo. "Es una cultura de inspiración divina y con un mensaje divino. Y es un mensaje de bondad, que puede conmover el corazón de la gente".
La verdad triunfa
Un grupo de artistas formaron Shen Yun. Algunos salieron de China, otros vinieron de otras partes del mundo. Se reunieron en Nueva York para hacer lo que no podían hacer en su país de origen.
Y a pesar de la extensa influencia del PCCh, a pesar de que este utilizó todo el aparato estatal para desacreditar a la compañía, Shen Yun se ha convertido en un fenómeno mundial.
"Recuerdo que hubo una noche, creo que en 2009, cuando teníamos tres compañías, que recibí una llamada telefónica", dijo Madsen. "Las tres funciones estaban agotadas. Ese fue el momento. A partir de ese instante, los boletos suelen agotarse".
En la actualidad, Shen Yun cuenta con siete compañías que giran simultáneamente por todo el mundo, ofreciendo cientos de presentaciones en más de cien ciudades de todo el mundo. Es el único grupo de artes escénicas de su clase, dedicado no solo a preservar sino a revivir la cultura tradicional china. El público suele expresar su curiosidad por la gran cantidad de buenos comentarios, y quieren ver cómo es la "principal compañía de danza clásica china del mundo" en acción.
El público se va con todas las expectativas cumplidas y más, porque Shen Yun es única entre las compañías de artes escénicas, ya que realiza coreografías de más de una docena de danzas nuevas cada temporada con una producción a gran escala que rivaliza con las obras más lujosas de los teatros de ópera.
"El valor de la producción es increíblemente alto", dijo Madsen. "Solo por eso, es un espectáculo en el que realmente te puedes sumergir".
Pero aunque el original vestuario, la orquesta y el telón de fondo digital deslumbran, Madsen cree que el público se lleva algo más profundo.
"Hay una constante búsqueda humana de algo más grande, algo mayor, algo mejor—no solo eso, algo más profundo, algo más elevado. Todo eso. Todo encaja", dice. "Y nuestro espectáculo realmente lo expone y le da vida".
"Realmente va más allá de un espectáculo cultural. Se trata de valores y principios profundos", dijo.