El Rey Mono en el Reino de la Reina
Viaje al Oeste es una de las cuatro novelas clásicas de China. Escrita en el siglo XVI, cuenta la historia de un monje de la dinastía Tang y sus mágicos discípulos en su peregrinación para llevar las escrituras budistas de vuelta a China. A lo largo del camino, los cuatro deben superar 81 tribulaciones para completar sus caminos de cultivación espiritual. Muchos de sus problemas derivan del hecho de que hay demonios y monstruos a cada paso, los cuales se proponen capturar al Monje Tang para probar su carne, porque se dice que una mordida otorga la inmortalidad.
Como podemos ver en el siguiente episodio, ser popular puede resultar ser difícil. ¡Menos mal que el mágico Rey Mono siempre cuida de su maestro!
Bienvenidos al Reino de la Reina
Un día sofocante, el monje Tang, el Mono, el ogro Sha y el cerdo Zhu llegan a una tierra de solo mujeres. Al acercarse a la orilla del río, ven a un grupo de aldeanas recogiendo agua en jarras. Zhu corre hacia ellas para pedirles un trago. Pero al ver al medio cerdo/medio hombre corriendo hacia ellas, las mujeres huyen rápidamente. Sin inmutarse, Zhu saca su cuenco de limosnas, lo sumerge en el río y bebe todo de un trago.
De repente, su estómago comienza a tener calambres. Entonces, para su horror, su vientre ya de por sí grueso duplica su tamaño. Una anciana que pasaba ve la angustia de Zhu y se acerca a los peregrinos.
"¿Bebió del río?", pregunta la anciana con una chispa en los ojos.
El mono afirma con la cabeza.
"¡Qué risa!" grita la mujer: "Este es el lago mágico de la fertilidad”.
Entonces les explica que en su tierra de solo mujeres, las lugareñas van allí cuando quieren tener hijos, porque un sorbo de agua es suficiente para fecundar a una madre esperanzada.
"Vas a tener un bebé", concluye la mujer.
El cerdo comienza a llorar.
"¡No! ¡No! ¡Soy un hombre cerdo! ¡No puedo tener hijos! ¿Qué voy a hacer?"
La mujer les dice que deben pedirle un antídoto a la reina. Los peregrinos le dan las gracias y se apresuran a llegar al palacio.
La propuesta de la Reina
Mientras Zhu, sus compañeros y su maestro esperan una audiencia con la reina, sin que ellos lo sepan, algo siniestro se acerca.
Dentro de los espléndidos jardines del palacio, su alteza está descansando con su séquito de cortesanas, cuando, de repente, una neblina siniestra cubre el cielo. Extrañas y estresantes vibraciones irradian por el aire, y una a una las finas damas caen al suelo inconscientes. Entonces el culpable, un demonio escorpión gigante, se revela ante todos, mientras sigue emitiendo ondas hipnóticas con su aguijón. El demonio se escabulle sobre la reina y su espíritu toma posesión de su cuerpo. No fue un acto de malicia al azar. El demonio tiene un plan. Su objetivo es capturar y comer al Monje Tang, que en ese momento sigue esperando su reunión con la reina.
En ese momento, el Monje Tang, el Mono, Sha, y el mortificado y expectante Zhu son llevados a la corte. Al ver al piadoso monje, la reina escorpión se emociona. Les dice a los peregrinos que curará a Zhu y les permitirá continuar su viaje, pero solo si el monje acepta casarse con ella y se queda para convertirse en rey.
Al escuchar el trato, el monje se niega rotundamente. "No soy más que un humilde monje", insiste.
"La riqueza del reino será tuya", dice la escorpión-reina astutamente. Para sorpresa de todos, el Mono ruega a su maestro que acepte la propuesta.
"La reina tiene razón, Maestro. Apresúrese y cásese con ella, para que el Cerdo sienta alivio y nosotros, los discípulos, podamos continuar nuestro camino", dice el Mono con un guiño. Luego le dice a la reina: "¡Su Majestad, aceptamos!"
La reina encantada pide el antídoto. Zhu se lo toma con entusiasmo, y su estómago se encoge rápidamente de nuevo a su gordura normal. El Monje Tang, sin embargo, se dirige al Rey Mono muy molesto.
"¿Cómo pudiste hacer que me quedara aquí, mientras tú sigues hacia el oeste? ¡Preferiría morir!"
“Siento una magia maligna controlando a la reina”, susurra el discípulo más poderoso. "Si no accedemos a lo que ella pide, el Cerdo no se curará. Tenemos que ganarle en su propio juego. Pero no se preocupe, Maestro, vendré a buscarlo pronto y averiguaré qué es lo que realmente está pasando".
El Monje Tang apenas tiene oportunidad de responder antes de que la reina escorpión se lo lleve.
Fiel a su palabra, el Rey Mono los sigue en secreto. Tan pronto como el último guardia se retira, el Mono le dice a su maestro que se esconda, y luego se transforma en la imagen exacta del monje para esperar a la reina.
Mono contra escorpión
En poco tiempo, la reina escorpión reaparece, haciéndosele agua la boca por el monje. El Mono disfrazado no mantiene su acto por mucho tiempo. Indignado por sus avances, se transforma de nuevo a su verdadera forma y saca su Garrote Dorado para golpear.
“¡En guardia, bestia malvada!"
Al darse cuenta de que ha sido engañado, el demonio toma su tridente y comienza la batalla.
El Mono se arranca cuatro pelos de detrás de la oreja y, con un aliento mágico, los transforma en réplicas de monos. La reina poseída contraataca conjurando a cuatro pequeños escorpiones demonios. En poco tiempo, el Equipo Mono somete a los secuaces del escorpión, y el Rey Mono acorrala a la reina. Con un golpe de su garrote, ella se derrumba y el espíritu maligno sale de su cuerpo. De vuelta en su forma original, el demonio escorpión comienza a disparar de nuevo sus característicos ondas sónicas. El Mono crea un escudo mágico para bloquear el ataque. Luego, invocando todas sus fuerzas, dispara un intenso rayo de energía directamente al escorpión, y lo vaporiza para siempre.
Una antigua expresión china dice, "hay deidades tres pies por encima de la cabeza" (三尺頭上有神靈), lo que significa que lo divino siempre está velando por nosotros. En ese momento, una deidad taoísta aparece desde el cielo y revive a la reina a su verdadero yo. Luego la deidad regresa a los Cielos tan repentinamente como apareció.
Siendo finalmente ella misma de nuevo, la reina ofrece al monje y a sus amigos su más sincera gratitud y cualquier lujo que puedan desear. Pero después de esta insólita demora, los cuatro peregrinos están simplemente contentos de estar reunidos, y que ninguno de ellos esté comprometido o embarazado. Su único deseo es reanudar su santa búsqueda tan pronto como puedan.
La reina y su séquito acompañan al Monje Tang y a sus discípulos a las puertas de la ciudad. Y los peregrinos emprenden una vez más su aventura de 180.000 millas.
La danza de Shen Yun 2019 El reino de la Reina está inspirada en un episodio de la novela clásica china Viaje al Oeste.