Cómo una trampa de miel ayudó a poner fin a una dictadura brutal
Hace casi 2000 años, en los últimos años de lo que antes había sido una gloriosa Dinastía Han, un caudillo militar llamado Dong Zhuo tomó el control de la capital. Quitó al joven emperador del trono, acusó injustamente a funcionarios y los ejecutó brutalente a diestra y siniestra.
También mataba gente por diversión mientras celebraba grandes banquetes. Les cortaba las extremidades una a una mientras aún estaban vivos y luego arrojaba los restos en aceite hirviendo ante la mirada de sus perturbados invitados, quienes a veces eran obligados a beber una sopa preparada con la sangre de sus colegas.
Y así, con el reino al borde del colapso, quienes eran fieles a la dinastía no podían hacer nada. La única esperanza para deshacerse del tirano resultó ser una de las mujeres más hermosas de la historia china: la dama Diao Chan.
Diao Chan no solo era hermosa, sino también una excelente cantante y bailarina. Había quedado huérfana de pequeña, y el leal ministro del emperador, Wang Yun, la adoptó y la crió como a su propia hija. Al crecer y pasar a ser una joven dama, Diao quiso compensar a su padre por lo amable que había sido con ella.
La trampa
El tirano Dong Zhuo no solo utilizaba el miedo para mantener al emperador fuera del poder y a sus funcionarios, sumisos. También tenía la protección de su hijo adoptivo, un cruel mercenario de nombre Lü Bu.
Lü Bu era un apuesto joven con mucho talento y poca integridad. Ya había traicionado y asesinado a su anterior mecenas, y se convirtió en el hijo adoptivo de Dong Zhuo más por oportunista que por otra cosa. Aun así, era un guerrero invencible que imponía el régimen de terror de Dong Zhuo y asesinaba a sus enemigos.
Con semejante protección, nadie podía desafíar al tiránico régimen de Dong Zhuo. ¿Cuándo podría haber paz?
El ministro Wang Yun estaba muy preocupado, y su hija adoptiva Diao Chan lo sabía. Una noche, el ministro salió a pasear para pensar mejor en una forma de deshacerse del déspota, y vio a Diao Chan en el jardín observando la luna, cuando unas nubes de repente taparon la luna. Impresionado por la belleza de su hija, pensó que era como si a la luna le diera vergüenza verla cara a cara. Y ahí se dio cuenta. Había una de las "36 estratagemas" que podía usarse en tiempos de desesperación: la trampa de miel.
El ministro, con lágrimas en sus ojos, se arrodilló frente a su hija de 16 años.
"¿Qué está haciendo, mi señor?", dijo Diao Chan alarmada.
"¿Harías algo para ayudar a nuestro país?", le preguntó su padre.
"Si el país realmente me necesita", respondió la dama, "daré mi vida para salvarlo. ¿Cómo puedo estar de pie mientras usted está de rodillas? Por favor levántese, mi señor".
Viendo la determinación en sus ojos, el ministro le susurró al oído su plan. Diao Chan pareció perturbada, pero tras considerarlo, asintió lentamente.
Primer paso
Al día siguiente, el ministro celebró un opulento banquete para Lü Bu, con deliciosa comida y exquisitos vinos. Fingiendo que no tenía sirvientes suficientes, le pidió a su hija que serviera al general.
"Vaya, ¿cómo puede haber semejante belleza sobre la faz de la Tierra?", exclamó Lü Bu. "¡Es un ángel!"
Lü Bu quedó cautivado en el instante en que posó sus ojos sobre el bello rostro de Diao Chan. La invitó a sentarse a su lado en el banquete, pero ella modestamente prefirió sentarse junto a su padre.
Viendo que Lü Bu no podía quitarle los ojos de encima a Diao Chan, el ministro decidió proseguir con su plan.
"El general es un héroe en el campo de batalla", dijo el ministro a Diao Chan, asegurándose de que Lü Bu podía oírlo. "Es un honor tener su admiración".
"Si...", continuó, ahora dirigiéndose al guerrero, "...el general Lü nos hace el favor de tomar la humilde mano de mi hija, yo podría organizar la boda".
Cuando el ministro ofreció a Lü Bu casarlo con Diao Chan, el guerrero estaba sobrecogido de felicidad. Aceptó la propuesta sin demora.
Segundo paso
Ahora era el turno de Dong Zhuo. El ministro organizó otro banquete, esta vez para el caudillo, donde le ofreció un montón de vino, al punto de emborracharlo. Cuando Diao Chan apareció bailando, los deseos del tirano se despabilaron.
Al ministro no le costó mucho convencerlo. "Si el Señor Dong está interesado", dijo, "sería un honor para mí que mi hija lo sirva".
Al escuchar esto, Dong Zhuo tomó a Diao Chan y se la llevó a su residencia.
Lü Bu enamorado
Lü Bu notó que Diao Chan ya no estaba en la mansión del ministro, y le preguntó dónde estaba su hija.
"Hace unos días invité a Su Excelencia a cenar", explicó el ministor. "Pero al ver a mi hija, insistió en llevársela a su casa".
¡Lü Bu estaba sorprendido y furioso! "¡Diao Chan era mi prometida!" El enamorado guerrero no podía dejar de pensar en ella y sentía que su vida se desmoronaba.
Un día intentó meterse furtivamente en la recámara de Diao Chan para verla, pero el tirano, que estaba durmiendo allí, se despertó y lo descubrió. "¿Has estado seduciendo a mi concubina favorita?", gritó. "¡Nunca vuelvas a entrar aquí!"
Lü Bu inventó rápidamente la excusa de que había escuchado a un intruso, y se fue.
A pesar de su increíble valentía en el campo de batalla, se sentía profundamente indefenso. Decidió volver a meterse en la recámara cuando Dong Zhuo no estuviera allí para poder abrazar a su amada, escuchar su voz y ver sus hermosos ojos una vez más.
Culminación
A pesar de los riesgos, Lü Bu regresó a la recámara de Diao Chan. Allí la encontró, sola.
Cuando Diao Chan lo vio acercarse, se dio la vuelta y le dijo que se sentía muy avergonzada como para mirarlo a los ojos. "Dong Zhuo me violó", le dijo. "Y no sabes cuán miserable es mi vida, viviendo con alguien a quien detesto".
Con el corazón destrozado tras escuchar los tormentos de su amada, Lü Bu la abrazó. Aunque deseaba estar con Diao Chan, sabía que eso ya era imposible, y la sensación de desesperanza se le hizo insoportable. Sus emociones lo estaban matando por dentro. Cuando Diao Chan le susurró entre lágrimas cuánto lo extrañaba, el corazón de Lü Bu ya no aguantó más.
Al escuchar que Dong Zhuo entraba de vuelta al cuarto, Lü Bu trató de huir rápidamente, pero se olvidó su espada. El caudillo llegó a verlo huir.
"¿Qué está pasando? ¿Tienes una aventura con Lü Bu?"
"Mi señor", dijo entre lágrimas Diao Chan, "él irrumpió en mi cuarto y comenzó a decirme cosas inapropiadas. ¡Qué bueno que usted llegó justo a tiempo!"
"¡Esa bestia!", gritó Dong Zhuo con ira en sus ojos. Olvidándose de los lazos familiares, tomó la espada olvidada por su hijo adoptivo y salió a buscarlo.
Lü Bu se había quedado cerca, para asegurarse de que Dong Zhuo no lastimara a Diao Chan. Al ver a Dong Zhuo salir corriendo, Lü Bu lo siguió.
El atlético Lü Bu pronto alcanzó al obeso Dong Zhuo, quien lo atacó con la espada y no lo mató por poco.
Dong Zhuo no tenía chances ante semejante guerrero. Lü Bu recuperó su espada y de una estocada mató a Dong Zhuo.
El joven general no tenía idea de que estaba cayendo en la última etapa de la trampa del ministro. Diao Chan comenzó a gritar desesperada y los guardias del emperador llegaron rápidamente. Allí vieron a Dong Zhuo muerto en el suelo y a Lü Bu de pie a su lado.
Lü Bu corrió y escapó a caballo, pero finalmente Cao Cao lo atrapó y ejecutó. Pero esa es otra historia.
El ministro se acercó a su hija y le hizo una profunda reverencia. Diao Chan había salvado al imperio.
Esta historia está basada en la novela clásica china "Romance de los Tres Reinos" y en la danza de 2020 de Shen Yun, "La trampa de miel".