Una historia contemporánea de fe y sin remordimientos

Esta historia, de la danza Sin remordimientos que presentó Shen Yun en 2011, no está basada en una madre y un hijo en particular. Sino que representa las historias, tan trágicas como heroicas, de millones de familias de la China actual.

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En la China del siglo XXI, en un pueblito de campo, una madre y su hijo disfrutan de su mutua compañía. La madre acaba de terminar de coserle una camiseta y le pide que se la pruebe. Le queda perfecta. Es un hermoso día de verano y los dos se sientan a leer un libro juntos.

No se trata de un libro común –es el Zhuan Falun, el libro con las enseñanzas espirituales de la disciplina de meditación Falun Dafa. La camiseta que la madre le cosió a su hijo tiene tres palabras chinas en el frente: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, los principios de Falun Dafa.

En China, el Partido Comunista, ateo, persigue desde 1999 a decenas de millones de practicantes de Falun Dafa por su fe. Esta familia no es la excepción.

De repente, matones del Partido Comunista irrumpen en el pueblo, le arrancan al hijo el libro de sus manos y comienzan a golpearlo. El hijo recupera su libro e intenta escapar, pero los rufianes no se detienen. Lo alcanzan y lo siguen golpeando hasta que cae muerto en los brazos de su madre.

Con su corazón quebrado, en este momento de enorme dolor y desesperación, la madre mira hacia el cielo y de repente aparece una escena celestial. Divinidades, como Budas y Pusas, se manifiestan frente a sus ojos. Reviven al hijo y le devuelven su libro. Él se lo entrega a su madre y luego se une a las deidades, volando con ellas hacia el Cielo.