De Broward a la Barbie
Siempre he esperado presentarnos en Florida. Estar en Florida es como estar perdido en un paraíso. Adoro todo aquí – hermosas playas; cálidas brisas de invierno; hermosos atardeceres; arquitectura mediterránea; diversidad cultural, y un clima húmedo, abrasador y sofocante. Aun más, los residentes del paraíso apasionado e incondicional abrazaron nuestra presentación y el amor fue mutuo.
Las tres presentaciones de Shen Yun en el Broward Centre for Performing Arts en Fort Lauderdale fueron un gran éxito. Durante el intervalo de nuestra última exposición, un grupo de estudiantes apasionados de música pagó una visita para ver la orquesta. Quedaron absolutamente asombrados por la integración extraordinaria de la orquesta con instrumentos clásicos occidentales y tradicionales chinos. El fagotista, un joven agradable llamado Steven, quedó especialmente fascinado por el suona (oboe chino, o trompeta china). Solicitó con ansias más información sobre el suona y, para mi suerte, me salvó la llegada de nuestro intérprete de suona. Fue muy grato ver tantas caras jóvenes apasionadas. Sé que un día su talento y el amor para la música definitivamente los formará en músicos profesionales.
Nada es mejor que una barbie a orillas de la playa para despedirnos de Florida. Una barbie, para aclarar a los no-australianos, es una barbacoa, no una muñeca rubia. Fue siempre una de mis actividades recreativas predilectas cuando vivía en Australia. ¡De hecho, la barbie tradicional de Australia es tan popular que fue votada por el 50% de la población como uno de los platos predilectos! Bueno, volvamos a Florida.
Nuestro banquete constaba de deliciosas alas de pollo condimentadas, suculentas costillas de cerdo marinado y un filete de ternera tiernamente asado a la parrilla y mimado por nuestros encantadores cocineros. Para los amantes de lo vegetariano, había mucho espárrago crujiente, maíz dulce jugoso y mucho pimiento (bell pepper como lo llaman los americanos) para compartir. Sin embargo, mis favoritos fueron los riquísimos, blandos y suaves malvaviscos. Desafortunadamente, debido a mi falta de experiencia en la cocina, mis adorables y nacarados malvavisco se negaron a cocinarse. ¡Mientras se me hacía agua la boca por los malvaviscos perfectamente tostados de mi amiga, la adorable bailarina amablemente me ofreció el suyo diciendo: "¡Toma, tosté esto para tí!". Awww... una cosa que adoro de este grupo es la bondad incondicional de uno hacia el otro. Con un estómago lleno de vegetales y carbohidratos, dijimos adiós al paraíso de Florida y nos dirigimos hacia la helada Nueva York.
Vega Ni
Percusionista de la Orquesta de la Compañía de Nueva York de Shen Yun
28 de febrero de 2011