A+ con los antiguos
¿Piensas en la escuela con emoción o con temor? Los estudiantes de la antigüedad sabían de la importancia de estudiar duro –quizás demasiado duro.
Las primeras escuelas de China se establecieron hace más de 4.000 años. A lo largo de los milenios, aspirantes de todo tipo estudiaron con dedicación en las academias y universidades imperiales y en escuelas privadas donde enseñaban eruditos, como el mismo Confucio.
¿El objetivo final? Pasar los exámenes del servicio civil, un sistema de selección nacional establecido durante la Dinastía Sui (581-618) y perfeccionado sobre la Dinastía Tang (618-907), que estuvo en efecto hasta principios del 1900. Quienes pasaban el examen al nivel del condado pasaban al nivel provincial y luego a los exámenes imperiales. Los que obtenían mejores calificaciones obtenían puestos en todos los estratos del gobierno, lo que otorgaba un gran honor a sus familias.
Este espíritu de honor académico es evidente en muchas historias e incluso en expresiones comunes. Quizás estos modismos te inspiren (o tal vez te intimiden) para estudiar con un poco más de esfuerzo.
Esta lucecita mía
Muchas grandes mentes tuvieron un origen humilde. En esa época, las familias más pobres tenían un problema en común: no tenían dinero para iluminar sus casas por la noche. Pero con imaginación y determinación, sus estudiosos hijos nunca se dieron por vencidos…
Modismo: Perforar la pared para tomar luz prestada鑿壁偷光
El joven Kuang Heng vivió en la Dinastía Han del Oeste (206 a.C. – 24 d.C.), y no podía pagar la matrícula ni comprarse libros. Entonces, durante el día hacía trabajos temporales para familias ricas a cambio de tener acceso a sus bibliotecas.
Una noche, mientras recitaba versos en la oscuridad, notó una luz que se filtraba por una grieta de la pared. ¡Su vecino había encendido una vela! Rápidamente tomó un cuchillo para abrir un poco más la grieta. Un haz de luz iluminó su libro, suficiente para que pudiera estudiar.
Modismo: Cazar luciérnagas y reflejar en la nieve囊螢映雪
Durante la Dinastía Jin (265 – 420) dos jóvenes sin dinero sabían cómo aprovechar las estaciones:
Uno de ellos salía todas las noches de verano y cazaba docenas de luciérnagas para iluminar su precaria lámpara. El otro estudiaba al aire libre, en la fría noche de invierno. ¿Por qué? Para poder leer con la luz de la luna que se reflejaba en la nieve. Cuando sus dedos estaban tan entumecidos que no podía sostener sus pergaminos, corría un poco por el jardín antes de regresar a sus versos.
Estos jóvenes se convirtieron en el Ministro de Personal y el Censor Imperial de la Dinastía Jin.
Ser diligente es doloroso
Modismo: Colgarse de una viga y pincharse con un punzón懸梁刺骨
¿Alguna vez te pellizcaste para no dormirte en clase? Para combatir el sueño, los estudiantes de la antigüedad también recurrían al dolor…
Durante la Dinastía Han del Este (25-220), el pequeño Sun Jing estaba cansado de perder tiempo durmiendo. Consiguió una soga, ató una punta a su cabello y la otra a una viga en el techo. De esta manera, si cabeceaba, el tirón de su cabello lo despertaba. Debido a sus esfuerzos, se convirtió en un ilustre estadista.
Durante el periodo de los Estados Guerreros (475-221 a.C.), el estratega Sun Qin tenía altas aspiraciones. Pero no tuvo un buen comienzo, y fue rechazado por todos los líderes a los que quería servir. Inmutable, se encerró en su cuarto a estudiar constantemente el arte de la guerra. Si única compañía era un punzón largo (una herramienta para perforar el cuero) con el que se pinchaba el muslo cada vez que sentía sueño. Sí, corría sangre.
Un año después, salió del cuarto para recorrer el país y logró unir a seis estados enemigos en una coalición contra los Qin.
Modismo: La nieve se acumula afuera de la puerta de Cheng程門立雪
Durante la Dinastía Song del Norte (960-1127), Yang Shi ya había aprobado los máximos exámenes imperiales. Pero todavía ansiaba tener más conocimientos, entonces decidió encontrar a uno de los filósofos más importantes de la época.
No llegó en el momento más oportuno: el maestro acababa de acostarse a dormir una siesta. Por respeto, esperó pacientemente en la puerta –en medio de una nevada. Aparentemente, cuando el Maestro Cheng finalmente se despertó, todo lo que vio fue una pila de nieve. Luego aceptó a su nuevo estudiante.
Sigue para adelante
Algunos de los nombres más importantes del ámbito académico chino creían que uno nunca podía estudiar demasiado.
Modismo: Romper tres veces el encuadernado de cuero韋編三絕
¿Cuántos años pasarías leyendo un mismo libro? Confucio escribió en sus Analectas: “Si se me agregaran algunos años a mi vida, dedicaría 50 al estudio de Yi, y entonces podría no tener grandes faltas”.
Cuando ya era anciano, Confucio se dedicó a escribir comentarios sobre Yi (El libro de los cambios). Yi es uno de los Cinco Clásicos de la educación tradicional y uno de los libros más antiguos de China, que explica adivinación, cosmología y filosofía.
Confucio leía atentamente sus libros tan a menudo que el encuadernado de cuero se gastaba mucho y tuvo que reemplazarlo tres veces. Y aun así se lamentaba no haberlos estudiado lo suficiente.
Modismo: Wang Xizhi come tinta王羲之吃墨
Antes de ser apodado el Sabio de la caligrafía, Wang Xizhi (303-361) ya era reconocido por ser extremadamente diligente. En su juventud, Wang viajó a lo largo y a lo ancho para estudiar grabados en piedra realizados por sus estimados predecesores. En su casa, estaba tan sumergido en su escritura que todos los días se olvidaba de comer y de irse a dormir.
Una vez le llevaron una bandeja con bollos al vapor y salsa de ajo. Luego su esposa se acercó para ver si su comida favorita le había despertado el apetito. Sí. Sólo que como no quería dejar de practicar su caligrafía, había estado remojando el pan en la tinta por error. “El ajo está muy sabroso hoy”, dicen que comentó el adicto al trabajo con la boca llena de tinta.
Palabras para ser sabios
Bueno, aquí no estoy sugiriendo que nadie se arriesgue a quedarse congelado o a ingerir tinta, tampoco a arruinar su casa. Más bien, es para que te contagies con algo del espíritu de los antiguos. Estudia diligentemente. Y fíjate si luego no te sientes más realizado.
A+ con los antiguos
22 de octubre de 2015