Tocando para los demás
Al ver las lágrimas de la mujer entre el público, también comencé a llorar. Pero es difícil llorar y tocar el oboe al mismo tiempo.
La otra noche, en Dallas, se sintió como si durante el acto La Elección hubiera una conexión especial entre el público y nosotros. La Elección trata de dos amigos que tienen que elegir entre su amistad y la obediencia en un sistema autoritario (China).
Desde mi lugar privilegiado en el foro de la orquesta, podía ver los rostros de la primera fila, y pude darme cuenta de que esas personas estaban emocionadas. Ser parte de Shen Yun es un gran privilegio, ya que el arte que ofrecemos al público los conmueve hasta en lo profundo de sus corazones. Sí, es colorido; sí, es emocionante; sí, es divertido; sí, es asombroso. Pero es más que eso. Hay algo que parece que llega al alma de la gente.
Entonces, a veces cuando veo lo que hace nuestro arte al público, me emociono de verdad. Estamos contando las historias de la gente que no tienen la libertad de contarlas por sí mismos. También estamos contando muchas otras historias, reviviendo queridas leyendas de héroes y villanos, de santos y sabios, que los chinos solían valorar mucho. Pero como pueden saber, resulta que estas historias no son tan chinas después de todo. Son universales. Y por eso creo que llegan a la gente sin importar a dónde vayamos.
Emily Myers
Oboísta de la Orquesta de la Compañía de Nueva York de Shen Yun
04 de enero de 2012