Barriendo a los Qins
La historia sobre los villanos de la danza satírica de Shen Yun ‘Echando al tirano a escobazos’.
Conozcamos al Sr. y la Sra. Qin, la pareja más odiada de la Dinastía Song. Más conocidos como Qin Hui y su esposa la Dama Wang, estos dos villanos se destacaron por conspirar con invasores extranjeros contra el mejor general de China, el leal Yue Fei.
En el siglo XII, el Sr. Qin (se pronuncia ‘chin’) fue un hábil ministro que usaba su inteligencia para hacer maldades. Sus tácticas maquiavélicas incluían deshacerse de oponentes políticos, adular al emperador e incriminar a héroes de guerra.
En el año 1127, China fue invadida por una tribu vecina llamada Jurchen. Los jurchens secuestraron al Sr. Qin junto con otros funcionarios de la corte y el emperador. Mientras que los otros rehenes nunca volvieron a sus hogares, el Sr. Qin “escapó milagrosamente” y regresó ileso a la capital…
Pero en realidad, los jurchens habían sobornado a Qin con oros y otros bienes, y lo dejaron irse con una condición: que matase a Yue Fei, el leal general chino que nunca había perdido una batalla. Si lo quitaban del camino, nada podría impedir que los jurchen tomaran el control de toda China, y el emperador no tendría otra opción más que ondear la bandera blanca.
Así que ni bien llegó a su casa, Qin persuadió al emperador para que convocara a Yue Fei, que estaba en el frente de batalla. Entonces, Qin lo encarceló con la acusación falsa de alta traición. Pero incluso después de dos meses de tortura, Yue Fei no admitía las acusaciones. Mientras, el pueblo, que adoraba a Yue Fei, estaba indignado y comenzó a pedir su liberación. ¿Pero acaso Qin permitiría que se escapara?
Aquí es cuando entra en escena la Sra. Qin. Esta despiadada villana y maquinadora malvada no podía esperar para poner sus garras sobre Yue Fei. Como la Reina Malvada de Blancanieves, también usó una fruta con su víctima. Pero en vez de envenenar una manzana, elaboró un plan para meter una orden de ejecución en la piel de una naranja. Entonces, los Qins escabulleron el siniestro cítrico al juez principal, y poco después, el gran Yue Fei estuvo acabado.
Con la ejecución de Yue Fei, la Dinastía Song perdió a su guerrero más dedicado y su línea de defensa colapsó. Los invasores jurchen pronto tomaron el control, y el matrimonio Qin se salió con la suya. ¿O no…?
¿Quién podría enseñarles una lección a los Qin y hacerles pagar por sus crímenes?
Aquí es cuando aparece el “Monje loco Fengbo”, un maniático legendario (y conserje a tiempo completo) del Templo Lingyin. Al igual que el “monje loco Ji Gong”, Fengbo fue idealizado en la ficción china, y fue el protagonista como un héroe bobo (pero querible) en la danza de Shen Yun 2014, “Echando al tirano a escobazos”.
Fengbo era un chiflado exótico, con “diez imperfecciones” de pies a cabeza. Era jorobado, tenía la nariz torcida, una sonrisa irónica y una mirada bizca que desprendía una profunda estupidez. Cada día se reía de los demás mientras divagaba con acertijos. Pero su actitud chiflada era solo eso, en realidad era un mago con poderes proféticos y un palo de escoba mágico.
Bien, ahora rebobinemos un poco: ¿recuerdan los dos villanos? Después de asesinar en secreto a Yue Fei, el Sr. y la Sra. Qin siguieron pasando sus días despilfarrando y malcriándose.
Un día irrumpieron en el Templo Lingyin y exigieron que les revelaran sus futuros. El viejo abad les dio la bienvenida, pero Fengbo –cuya nariz detectaba el hedor de la maldad a kilómetros de distancia– no mostró ninguna hospitalidad y comenzó a golpear al Sr. Qin con su escoba. Mientras, la Dama Wang estaba ocupada sacando varas de oráculo de una lata que, para su disgusto, todas le predecían mala suerte.
Pronto se armó un revuelo en el templo, con la Sra. Qin a los gritos por su desafortunado futuro y el Sr. Qin tratando de demoler el monasterio ante las protestas del viejo abad. Pero no se preocupen, el loco Fengbo estaba allí. El monje denunció a la pareja por asesinato y traición mientras literalmente los barría del templo. Y a partir de entonces, su destino se desmoronó.
Los antiguos chinos creían en la retribución kármica: la idea de que el bien es recompensado con bien, y la maldad es castigada con maldad. La historia registró que al Sr. Qin lo acosaron las pesadillas y se mordió la lengua hasta que se desangró y murió. Luego la Sra. Qin tuvo pesadillas sobre su marido en el infierno. Se dice que en su lecho de muerte, su lengua se desenrolló hasta tener casi 10 cm más, un símbolo de las mentiras que había dicho.
Después de sus muertes, las conspiraciones de la pareja quedaron al descubierto y, a partir de entonces, el Sr. y la Sra. Qin quedaron grabados en la lista negra de China. Los chinos llegaron a odiar tanto a los Qin que hicieron estatuas de vudú y bocadillos de vudú para deshonrarlos.
En cuanto al monje loco Fengbo, solía aparecerse en los mercados y barrer por todos lados, incluso si el lugar estaba limpio, para asegurarse de que no quedara ni una mota de maldad.
Alison Chen
Bailarina principal de la Compañía Internacional de Shen Yun
22 de abril de 2014